En la hora de la debacle...
Venezuela: un análisis objetivo
imprescindible
Carlos Santa María
Para amplios sectores ideológicamente
comprometidos con la revolución bolivariana ha sido un golpe fuerte los
resultados de estas elecciones debido a la contundencia que ha obtenido la
oposición.
Alcanzar una mayoría simple que
podría escalar a un nivel calificado puede significar un cambio profundo en la
orientación dada por el gobierno de Nicolás Maduro, poniendo en riesgo los
beneficios alcanzados por los sectores más desfavorecidos.
¿Cuáles son las causas de estos
resultados?
Naturalmente existen un núcleo
integral de factores, aunque puede ser indicados coyunturalmente cinco
elementos que deben ser medidos en su real influencia: la creación de una clase
media mucho más numerosa, la campaña mediática inmensurable, el bloqueo
económico integral, la falta de politización de un proyecto bolivariano, una
conducción gubernamental con debilidades técnico políticas evidentes.
La existencia mayoritaria de una
clase social que no se considera pobre y, a su vez, posee como aspiración el
consumo, es una realidad evidente. Este sector social carece de una ideología
consistente que impulse sueños de patria y sus intereses están más ligados a
situaciones humanas concretas: acceso directo a los bienes de consumo y
alimentación, seguridad en lo cotidiano, estabilidad en las relaciones
comunitarias o societales, confort habitacional y recreación tecnologizada. Es
decir una tranquilidad armónica incluso aunque sea con alto costo económico e
implique un trabajo duro.
Las necesidades, entonces, no
dependen del modelo sino de su oferta y a quien lo otorgue dan su apoyo. En
este sentido, la ideología consciente no es su factor decisorio.
La campaña mediática de la oposición,
que alcanza en el espectro nacional cerca del 72% de influencia por sobre el
gobierno, evidenciando una desproporción excesiva, incide notablemente en la
percepción de responsabilidad sobre los problemas que afectan a la nación de
tal suerte que los pensamientos se ven orientados a través de una estrategia
que insiste en la “dictadura” del régimen. La deformación de la realidad es un
factor determinante, lo cual no implica que el sentir de amplios sectores no
sea expresado en estos medios y debe ser tomado en cuenta.
Indiscutiblemente se ha comprobado
que la intervención financiera en procesos políticos de las naciones
latinoamericanas es trascendental. Si se une a un boicot alimentario y de
productos de primera necesidad se logra un efecto perverso cual es modificar la
conducta social de tal suerte que la esperanza radica en lograr que las colas
sean detenidas lo antes posible y que los productos vuelvan a aparecer. La
experiencia chilena entrega la confirmación dado que un amplio sector apoyó la
dictadura pues no resistía la búsqueda diaria, incesante, de lo imprescindible.
No basta con entregar un beneficio al
pueblo. Debe estar acompañado de un proceso de concientización sobre la
importancia de los derechos como base de una sociedad justa. Ha sido ratificado
en elecciones que la gente que recibe estos beneficios muchas veces vota en
forma de castigo contra quien se lo ha otorgado. El mismo proyecto de
jubilación que supera a los fondos privados no es comprendido en su exacta
significación y al perderlo sólo se traduce en la queja como comportamiento
aceptable.
Politizar, es decir, construir
conciencia sobre lo que implica un modelo bolivariano requiere una labor
permanente por encima de la denuncia.
Indiscutiblemente no es correcto
atribuir sólo a la oposición el resultado desfavorable sino que es urgente una
rectificación a través de un serio proceso de análisis que integre a
científicos del más amplio espectro para comprender objetivamente los errores
cometidos, escuchando además la voz popular que usualmente es la expresión de
un sentir que debe sopesarse con interés: desde las bases protagónicas se expresa
lo que ocurre y es pertinente u obligatorio tomar en consideración dichas
propuestas. No escuchar ni prevenir es erróneo.
¿Qué ocurrirá ahora?
Los hechos superan las
interpretaciones pues todas las amenazas de lo que ocurriría en Venezuela no se
han dado…aunque surtieron efecto atemorizante.
La solvente victoria de la oposición
traducida en su composición mayoritaria en la Asamblea Nacional conlleva una
lucha que se incentivará pues dichas cifras significarán una tensión para
cambiar el proyecto bolivariano en su esencia, conduciendo el país hacia el
modelo neoliberal.
Esto implicará la persistencia
ideopolítica y mediática para debilitar el gobierno del presidente Maduro, el
cambio de la normatividad legal con el fin de llegar a una modificación de
reglas que puedan alterar la Constitución, la presentación de referendos que
conduzcan si es factible finalmente a revocar la dirigencia nacional, todo lo
que puede traducirse en una polarización difícil de prever en sus
consecuencias.
Lo cierto es que el gobierno
bolivariano debe realizar obligatoriamente una reflexión teórica y práctica
sobre los resultados sin culpar exclusivamente a la oposición o a la
intervención foránea (que existe obviamente), sino que asumiendo una estrategia
analítica para el presente inmediato y próximo que de repuestas a las
exigencias sociales de una mayoría silenciosa que votó en forma de castigo al
proyecto seguido. Sin embargo, lo trascendental es que si los principios de la
revolución bolivariana siguen persistiendo en la conciencia colectiva en tanto
derechos para la mayoría y con plenitud en la ejecución de políticas de justeza
integral, no cabe su eliminación sino la profundización racional que provea
dichos derechos a través de una práctica solidaria, incluyente de todos los
sectores sociales y evaluada con precisión objetiva, que logre superar los
obstáculos que se han presentado en lo económico, mediático y político
preferentemente. De ello dependerá la
fortaleza del modelo y su futuro promisorio.
Las declaraciones y opiniones
expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no
representan necesariamente el punto de vista de RT.
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