¿Qué
hicimos mal?
Impelable artículo de Buen Abad sobre
"errores" comunicacionales en la Revolución
(Fernando Buen Abad / Rebelión.org)
Guardadas todas las proporciones,
tuvimos condiciones y oportunidades concretas para generar una Revolución
Comunicacional sin precedentes. Tuvimos una insurgencia semiótica parida por
los pueblos, su Historia y sus luchas. Tuvimos “viento a favor” en la lucha de
clases. Tuvimos líderes probados en la lucha. Tuvimos herramientas para
consolidar la organización. Tuvimos en las manos un programa de acción y sus
derivados incluso tuvimos el “Informe MacBride”. Tuvimos millones de voluntades
dispuestas a sumarse. Tuvimos leyes, legisladores y jurisprudencias. Tuvimos la
conciencia y el consenso de los pueblos. Tuvimos la prerrogativa de la crítica
y de la auto-crítica. Tuvimos los medios y los modos. Tuvimos y aún tenemos
mucho. ¿Qué faltó? ¿Qué falló?
No faltaron las advertencias, los
avisos, las amenazas ni los ataques de las oligarquías armadas, también, con
ejércitos mediáticos golpeando y destruyendo todo, desde los estados de ánimo
hasta los estados democráticamente constituidos. No faltaron las marrullerías,
la corrupción ni las extorsiones que aceleraron el proceso de monopolización
mediática a pasos agigantados y demoledores. No faltaron las bases militares ni
sus compañeras las bases mediáticas. No faltó el espionaje, la siembra de
pruebas falsas (y de muertos) ni el linchamiento mediático. La burguesía hizo
su tarea.
Pasó ante nuestros ojos el capítulo
íntegro de una ofensiva mediática sin precedentes mientras soñamos con
desactivarla e impulsar (al mismo tiempo) luchando por la nueva comunicación
emancipada y emancipadora que la Historia nos exige. Y sin embargo, no. Muchos
de los grandes pasos dados, de los logros y de los saltos cualitativos se nos
quedaron cortos, breves o efímeros. Muchas de las tareas necesarias no se
hicieron, muchas de las trincheras teóricas no se tocaron, muchos presupuestos
y gastos no se ejercieron. Muchos productos se quedaron en bodega, en silencio
o en papales. Muchos llamados a la unidad quedaron en el vacío, muchas
asambleas olvidadas, muchos acuerdos congelados. Muchas soluciones creativas no
se idearon, no se aplicaron, no florecieron. Nos ahoga nuestra crisis de
dirección revolucionaria y estamos como atónitos. ¿Es esto un fin de ciclo?
Sálvense las excepciones.
La burguesía acelera sus relojes
llevada por sus ansias de usura, de odio y de venganza buitre. Resulta que las
contradicciones se agudizan, que el saqueo avanza y que la explotación abofetea
a los pueblos en horario “prime time” entre anuncios de “empresarios” que
ocuparon los gobiernos. Resulta que la “Libertad de Expresión” de los pueblos
está más amenazada que nunca, que tenemos un “solo mundo con voces
hegemónicas”, que el “Nuevo Orden de la Información y la Comunicación” sigue
siendo un buen deseo esclerotizado entre papeles… y, también, resulta que la
Historia insiste en que demos respuestas correctas y prontas… que saquemos el
diagnóstico y el pronóstico, de la etapa actual, porque resulta que no debemos
ni podemos quedarnos silenciados ni resignados.
¿Y qué podemos hacer con lo que nos queda?
Agendas propias capaces -desde las
luchas y los frentes- de combatir todo lo que resta visibilidad a los logros a
la organización y la movilización social.
Apoyo económico y político a todo
frente de emancipación comunicacional y comunicación emancipadora.
Apoyo económico y político a todo
frente científico para la emancipación epistemológica de la comunicación.
Apoyo económico y político a las
escuelas de cuadros en materia de comunicación.
Salir de los estereotipos y de los
acartonamientos; revolucionar las metodologías del relato, la ética y la
estética revolucionaria.
Sistematizar la auto-crítica.
Reconocer nuestras zonas ciegas y nuestras debilidades teóricas y prácticas.
Combatir las egolatrías, los
individualismos, los reformismos y los sectarismos.
Habilitar tecnológicamente a las
luchas mediáticas contra-hegemónicas.
Democratizar la semántica.
Garantizar la experimentación de tácticas
y estrategias en medios de comunicación.
Todo se sintetiza en no repetir los
que se ha hecho mal y garantizar que se haga bien aquello que no se dejó
progresar. Ahí donde abandonamos nuestra responsabilidad y nuestra lucha
recuperar terreno y recuperar militancias. Ahí donde nos ganaron presentar
combate nuevo. Ahí donde somos fuertes, asegurar que no se nos torne en
debilidades. Ahí donde somos repetitivos, exagerados y acartonados propiciar lo
creativo, la frescura, el humor y la alegría inteligentes. A estas horas
debemos debatir la expropiación de las herramientas de producción y
distribución, medios y modos, en comunicación, discutir organizadamente la
expropiación en todas las modalidades posibles. Provechar lo bueno críticamente
Llamar a un Referéndum Continental
sobre el papel de las oligarquías y sus medios, discutir leyes pertinentes para
garantizar que nunca más, una actividad social estratégica y prioritaria como
es la comunicación, quede en manos de capitales privados manipulados transnacionalmente.
No repetir las fórmulas y los modelos burgueses, aprovechar lo mejor existente
e impulsarnos desde ahí, en cantidad y calidad. Capacitarnos permanentemente,
democratizar el discurso y cambiar la estética. Multiplicar los medios, formar
comunicadores mejor habilitados para una praxis técnicamente, poéticamente
superior y más compleja. Consolidemos un Frente Internacionalista para la
Comunicación Emancipadora que cambie las relaciones de producción en
comunicación. La derecha avanza, no seamos espectadores. “¿Quién dijo que todo
está perdido?”
(Fernando Buen Abad / Rebelión.org)
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