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Adel El Zabayar sigue en la trinchera. Parlamentario chavista
por el estado Bolívar hasta el 4 de enero y actual presidente de la Federación
Venezolano-Árabe, El Zabayar señala que los “carteles” del control de cambio
minan la revolución y asegura que en este país la corrupción destituye
ministros.
Sobrevivió a la guerra en Siria, pero no al filtro del
gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez. Adel El Zabayar fue
diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hasta el pasado 4 de
enero. Recordado por unirse a las “brigadas de resistencia populares” que
defendían al presidente sirio, Bashar al Assad, en agosto de 2013, El Zabayar
tuvo que soportar desde su curul los ataques de Rangel Gómez, quien movió sus
fichas para evitar que continuara en la Asamblea Nacional.
Luego de la derrota sufrida por el chavismo el 6 de
diciembre, el también presidente de la Federación Venezolano-Árabe llama a la
reflexión en las filas rojas. Denuncia la existencia de “cómplices” dentro del
Gobierno que buscan perjudicar la marcha de la revolución, critica a la cúpula
del PSUV, alerta sobre el avance de la corrupción y advierte que ignorar a las
bases pone en peligro la unidad del oficialismo.
Usted señaló que en el seno de la revolución
el “imperio” tiene “cómplices” que atentan contra el Gobierno. ¿Quiénes son
esos cómplices? ¿Son los ministros y altos funcionarios que no cumplen con su
trabajo?
Desestabilizar o
sabotear a un país por parte del imperio no se hace con una varita mágica desde
el exterior. Necesita, sin duda alguna, de múltiples factores. Cuando hablamos
de los factores internos, no podemos referirnos únicamente a los grupos
opositores. A estos se les añade los colaboradores externos e internos,
incluso, dentro del Gobierno.
Desde el primer momento en que convertimos el dólar en
objetivo económico, se dio pie a la creación de carteles que engendraron
tentáculos en todos los niveles. Puede verse a elementos económicos que apoyan
tanto al Gobierno como a la oposición fascista que aprovechan esta
circunstancia creada por nuestro Gobierno, pero que no fue monitoreada,
manejada y orientada hacia el cuidado de nuestro aparato productivo. Al
tratarse del parasitismo, todos se convirtieron en socios del mismo pozo. De
este modo, convertimos a muchos productores en importadores.
Me siento orgulloso de que nuestro Gobierno sea laborista y
firme defensor de los trabajadores, pero cuando nos sentemos a hablar con los
productores tenemos que analizar con atención sus propuestas y lograr cierto
equilibrio. La gran verdad se demostró incluso en nuestras fallidas
experiencias, donde los mismos trabajadores se repartieron los fondos destinados
para la mejora de la fábrica en bonos y salarios. En conclusión, un productor
no va a producir si no ve el estímulo, la ganancia y protección efectiva por
parte del Estado a su producción.
Creo que se nos fue la mano, creándose una burocracia caníbal
estrechamente ligada al capital parasitario que, a la vez, ha estado
financiando al fascismo en Venezuela con el propio dinero del Estado y del
país. La construcción del socialismo se logra consolidando el aparato
productivo del país y avanzando hacia una independencia verdadera. Lenin señala
que en un mundo de lobos se debe aprender a aullar como lobos. Creamos
múltiples instituciones y misiones que requerían inmensos fondos y esto lo
garantizaba el alto precio petrolero, no una estructura productiva y financiera
que pueda resistir los embates de la crisis económica mundial del capitalismo.
¿Hasta qué punto los gobernadores son
responsables de la derrota sufrida por el chavismo el 6 de diciembre? De cara a
las elecciones regionales de 2016, ¿el PSUV debería evaluar la posibilidad de
buscarles sustitutos y frenar sus ambiciones reeleccionistas?
Donde no se lograron
diputados nominales, se demostró la falta de credibilidad y liderazgo. Lo peor
es que a estos (gobernadores) se les ha reforzado con mayores poderes, como
nombrar a los directores regionales de los ministerios. Los directores
regionales deben responder al Presidente de la República y su gestión, por lo
tanto, no podemos poner la gestión del Presidente a merced del capricho y la
mala gestión de un gobernador que ha sido señalado en el caso de las cabillas,
y al que le han decomisado alimentos acaparados en bolsas que llevan su imagen.
Imagínate un gobernador así colocando a jueces y fiscales de su propia manada.
Creo que por respeto a la militancia, deberían de renunciar
ya a ser coordinadores del partido en las regiones. Las bases critican que los
gobernadores sean a la vez coordinadores. Encima de todo esto, no respetaron
las elecciones de base de 2009 de los directores regionales, ya que la mayoría
de los gobernadores crearon su propia dirección regional, situación que
lamentablemente fue aprobada por la dirección nacional. Fui electo por las
bases en 2009 para la dirección regional con un gran caudal de votos que le
pasó por encima a las marramuncias, y esto no se respetó. Esto generó anarquía,
rechazo y malestar. El PSUV existe en el corazón de la gente, mas no como
estructura real, y esto debe cambiar.
Usted advierte que es
un error llamar “traidores” a quienes no votaron por el PSUV. Otros creen que
los verdaderos “traidores” están en la dirección del PSUV y en los ministerios,
que se han olvidado del pueblo. ¿Qué opina de ese cuestionamiento que ha
emergido desde algunos sectores del chavismo?
En primer lugar, más
del 70% del país se manifestó por las instituciones y la democracia, enviando
un claro mensaje al fascismo y al anarquismo. En elecciones parlamentarias esto
es muy significante. En segundo lugar, no todo el país es militante, y tampoco
lo son todos los que se inscriben en el PSUV. Considero que el mensaje
presidencial debió ser agradeciendo a todos por la activa participación y en
paz, solo esto es un gran triunfo para la revolución y el país en general.
En tercer lugar, el pueblo es sabio. Los revolucionarios
tenemos la obligación de sentarnos a analizar y reflexionar el mensaje de
nuestro pueblo y qué nos quiso decir. En eso quiero ser enfático, la misma
oposición sabe que hubo un voto castigo que en gran parte sigue siendo del
chavismo y que podría retornar dependiendo de cómo reaccione la alta dirigencia
del chavismo al respecto.
Esto lo digo con mucha base, soy presidente de la Federación
Venezolano-Árabe y conozco muchos detalles de cada rincón del país, nuestra
estructura representa casi 2 millones de personas y 46 entidades e instituciones
árabes que están muy interconectadas con los distintos sectores de la vida
nacional.
Usted ha
denunciado que la corrupción amenaza o dificulta el avance de la revolución.
¿El Presidente, la dirección del PSUV, los ministros y los gobernadores no se
han dado cuenta de esto? ¿Hay incapacidad para combatir ese mal o complicidad?
La corrupción se ha
hecho aliada del capital parasitario, además, se ha convertido en un cartel que
en ocasiones ha logrado destituir a ministros producto de una amplia
complicidad como ocurrió con el hermano Eduardo Samán, quien, por cierto, creo
que hasta los momentos sigue pagando su apartamento de casi 20 años. El que
botó a Samán fue Heber García Plaza, quien huyó del país supuestamente con una
bolsa considerable. Todo lo que dejó García Plaza sigue intacto, y Samán y sus
muchachos fuera.
El Gobierno debe tomar una decisión al respecto, algunos
gobernadores han creado peligrosas estructuras convirtiéndose en un terror
tanto para la población como para las instituciones que buscan cumplir con su
deber, un verdadero terrorismo de Estado que trae y sigue trayendo tragedias
que están siendo atendidas con mucho horror por parte de los tribunales como en
el estado Bolívar. Hay violaciones a los derechos humanos, en las zonas mineras
ya no hay Estado de Derecho, y lo más peligroso es que estamos perdiendo la
independencia sobre el sur del país.
Los cuerpos de seguridad, nuestra Fuerza Armada Nacional
Bolivariana (FANB) tiene claro todo un plan para retomar el control en el sur,
azotado por las mafias mineras y el paramilitarismo. Algunos grupos cuentan con
200 hombres en armas, en Bolívar fueron sacados por cumplir su deber generales
patriotas y funcionarios de inteligencia de alto rango. El principal obstáculo
está en la complacencia de falsos líderes regionales, que son solo mafias
disfrazadas de bolivarianismo.
En la línea de un tuit que usted publicó, el
periodista Eleazar Díaz Rangel escribió un artículo en el que criticó el
silencio del PSUV tras la derrota del 6 de diciembre y apuntó que la
organización “no está jugando el rol que le corresponde como partido
revolucionario”. ¿Por qué ocurre esto y qué debe hacer el PSUV para superar
esta situación?
Podría ser que
algunos que dirigen el partido no creen en el carácter organizativo del PSUV.
Independientemente de todo esto, creo que si la dirigencia nacional no da ese
paso, lo darán las bases, y ya se han visto ciertas iniciativas que las
considero por un lado positivas pero a la vez peligrosas, porque podrían
desmembrar internamente a la organización.
Nuestra militancia es una inmensa mezcla de criterios de todo
tipo. En 2014 en las bases se sintió que se intentó desaparecer paulatinamente
a Chávez como imagen. Quienes aconsejaron esa vía se equivocaron, ya que
desconocen la esencia del PSUV. Creo que se debe respetar a Chávez y a sus
militantes, asumiendo los errores cometidos, explicando con detalles lo
ocurrido. Tomar en consideración las reflexiones de base con los correctivos
respectivos de cada una de las regiones, que las bases del PSUV se conviertan
en verdaderos contralores de las instancias gubernamentales estadales y
municipales. Un ministro no puede ser miembro de la dirección nacional del
PSUV, estos hermanos y compatriotas ministros deben dedicarse a cumplir su
tarea como ministros y rendirle cuentas al partido.
Como militante del PSUV te aseguro que en la organización
siempre prevaleció el espíritu de paz. Yo sí te puedo hablar de la paz porque
conocí de cerca el horror de la guerra en el Líbano de 1982, cuando me
incorporé a la resistencia en contra de la invasión de Israel, y en la guerra
de Siria hemos perdido familiares y muchos amigos. Y te puedo asegurar, por
ejemplo, que muchos impulsores de los movimientos de paz en Estados Unidos son
ex combatientes en Irak, Vietnam, Corea y Afganistán. Apostemos en todo momento
a la paz y no permitamos que anarquistas y fascistas nos impongan sus agendas
de guerra. La revolución es apoyada por ser una esperanza, y eso ha permitido
una paz de 16 años, así que no juguemos con candela.
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